lunes, 22 de abril de 2013

ANÁLISIS SOCIAL DE FOTOGRAFÍAS


Cualquier investigador/a social debe aprender a distinguir tres tipos distintos
de fotos:
fotos-ventana, fotos-espejo, y fotos-regla. Toda foto corresponde a
una de estas tres categorías. A menudo una misma foto puede tener características de dos o tres tipos. Un paso importante para saber de Fotografía y de
Sociología es entrenarse en distinguir estos tres tipos distintos.
La
ventana representa una foto que está abierta a la realidad. Al abrir una
ventana se ve el exterior. El objetivo de la foto es mostrar el mundo visible a la
luz, reproducirlo exactamente, mejor que en un cuadro. Al igual que una ventana
si no hay luz (si la ventana se abre en una noche cerrada) se ve poco o
nada. La fotos son muy exactas, y el paisaje o escena que se fotografía es una
visión real, empírica, detallada de la realidad. Las fotografías reproducen la realidad
con exactitud. No pueden ser falsas, a menos que se truquen o que la realidad
sea equívoca. Son como un testigo presencial, policial, de un hecho. Se
suele utilizar en casos penales como evidencia. La ventana abierta ¿es una
reproducción exacta de la realidad? Al menos lo es de una parte de la realidad,
precisamente la porción que en ese momento estaba enfocada por el fotógrafo/
a. Pero una fotografía (o una ventana abierta) dice poco de la parte de atrás
de la casa o de la realidad detrás de los árboles. Hay, pues, una selección de la
realidad previa: lo fotografiable, lo que se desea fotografiar, lo que se puede
fotografiar, lo que realmente se fotografía, y siempre que haya luz.
Se dice que una imagen vale más que mil palabras, es decir, más que cuatro
páginas de texto. La foto-ventana es un testimonio de un mundo que desaparece,
que a lo mejor nunca más volverá a ocurrir. Los mineros, o los agricultores,
fotografiados por los fotógrafos del siglo
XX (como hace Sebastião Salgado) son
seguramente los últimos trabajadores industriales de su tipo en la historia de la
humanidad. Se fotografían edificios que van a desaparecer y no sólo los rascacielos
nuevos que se construyen. Sabemos así cómo fueron construidos y cómo
fueron antes de derruirlos. La fotografía es especialmente útil para recordar la
historia.
Los
espejos reflejan los sentimientos del propio fotógrafo/a. Las fotos-espejo
representan una estrategia de expresión. Proyectan lo que el fotógrafo/a siente
ante una realidad social. La fotógrafa saca esa foto precisamente para hacer
sentir a otra persona (espectadora) de la misma manera. Las fotos de
petit bonheur,
de pequeña felicidad, durante la segunda postguerra mundial pretenden
hacer olvidar las secuelas de la guerra, así como las situaciones de hambre y
destrucción. Enfocan los contrasentidos chistosos o mínimamente paradójicos
de la vida cotidiana, de la
vida moderna a lo Sempé, olvidándose de las catástrofes.
Las fotos de pobres pueden tratar de llamar la atención sobre esa población
marginal, o quizá sobre lo que se denomina «la pobreza digna». Algunas
personas son pobres, pero tienen una mirada limpia, honesta. A través de la
televisión o de las revistas la fotografía hace llegar las injusticias del mundo
hasta el cuarto de estar. Se ven entonces en el propio hogar asesinatos o imágenes
de extrema pobreza o injusticia, que suceden en lugares remotos del planeta.
A veces eso ocurre casi de forma instantánea, gracias a que ya no sólo viajan
a través del espacio las palabras o el texto, sino también las imágenes.
La foto-espejo supone una transferencia desde el fotógrafo/a al espectador/
a. Trata de comunicar visualmente un pensamiento íntimo. La foto no es
más que una excusa. El mensaje es subliminal, indirecto, o simplemente sentimental.
El fotógrafo/a trata de persuadir de algo a cualquier espectador/a. Algo
similar ocurre con la pintura, pero sin utilizar necesariamente la realidad. Los
espejos valen para investigar la naturaleza humana, los valores vitales de las
personas. La realidad real no importa tanto como lo que ésta comunica. El
espejo puede utilizarse entonces como material autobiográfico, incluso para el
análisis psicoanalítico de una persona o un grupo social. Pero siempre es necesaria
una teoría o un paradigma para su interpretación. Así, en
Gender Advertisements,
Goffman no presenta una lista cualquiera de fotos de mujeres y varones
en roles distintos, algunos de ellos publicitarios (es decir, ficticios). El
sociólogo canadiense desarrolla un marco teórico conceptual que trata de
demostrar con las fotos. Este marco conceptual —como en
The Americans, de
Robert Frank— puede ser sutil, múltiple, poco definido, pero no hay duda de
que existe y está laboriosamente trabajado
11.
La cualidad principal de una fotografía es que sea
inquietante, extraña.
Dice o sugiere algo, pero no se sabe exactamente qué es. No queda claro a qué
se refiere o lo qué se está fotografiando. Si no hay pie de foto es difícil obtener
una interpretación rápida de la foto.
Inquietante es pues una característica
positiva en el arte, en la fotografía, pues estimula interpretaciones múltiples de
la realidad
12. El fotógrafo/a dispara y desaparece, pero deja su puesto para que
sea ocupado por el espectador/a. Curiosamente el espectador ocupa luego
exactamente el mismo sitio en que estaba antes la fotógrafa. Existe pues una
comunicación refleja entre ambas personas. De eso tratan precisamente los
espejos.
No todas las fotografías son
espejo o ventana, aunque sí lo son la mayoría
de ellas. Hay algunas fotos, sobre todo las publicitarias, que se producen desde
el mundo de la irrealidad o la fantasía, y que se pueden denominar
reglas o
normas. Suponen un sistema o estrategia de control social. Esas fotos no sólo
tienen un significado sino que producen significado. Dicen cómo otra persona
debe de conducirse o actuar, señalan lo que es bueno y malo. Dictan la moda:
cómo hay que vestir, pensar, comprar, sentir, desear, relacionarse, beber, viajar,
comer, hablar, etc. Suelen establecer una norma idealizada. A menudo existen
varias normas en una misma foto de este tipo. Quizá son mensajes distintos
para personas diversas. Por ejemplo, muchas fotos publicitarias que tratan de
vender algo (un coche, una lavadora, incluso cigarrillos) utilizan la foto de una
mujer guapa, provocadora. Es obvio que el mensaje no es igual para un espectador
varón que para una mujer. Aunque curiosamente en ambos casos puede
conseguir su objetivo: vender más ese producto que anuncia. Las fotos-reglas
son típicas de anuncios de todo tipo, de publicidad, revistas, incluso televisión.
Señalan lo que otra persona debe hacer; y el castigo que va a sufrir si no lo
hace. Son tipos ideales que incluyen el mensaje del contratipo. Es decir, dictan
una norma social, la contranorma, y a menudo incluso el castigo si no se sigue
la norma.
Cualquier foto pertenece a uno de estos tres tipos —
ventana, espejo,
regla
— o es una combinación de factores de los tres tipos en proporciones distintas.
Igual que los sueños son siempre una realización de deseos, las fotografías
no sólo describen la realidad sino que la construyen. La fotografía (una
foto, o el arte de la Fotografía) no es nunca inocente. Es parte de la cultura, de
la sociedad y mantiene un protagonismo determinado dentro de esa cultura.
Cada vez más una foto tiene diversos niveles de realidad. La Sociología enseña
dos cosas: a mirar fotos y a construirlas. Cuando se dedica tiempo a observar y
analizar una foto, el significado de esa foto cambia, a veces radicalmente. Basta
con observar una imagen o una foto con
ojo sociológico para que el significado
(y el placer) de mirar una foto se transforme.

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